Significado del escudo episcopal de Mons. Héctor David García Osorio
Timbrado y divisa
El escudo está timbrado (techado) por el capelo (sombrero) sinople (verde) acompañado por un cordón con 6 borlas a cada lado. El capelo o galero era un sombrero de ala ancha usado por el clero, con cordones terminados en borlas que caían por los laterales sobre el pecho y tiene su origen en los sombreros de peregrino.
Lo atraviesa el báculo (bastón) de pastor en forma de cruz latina de oro de un travesaño, signo de la salvación de todo el género humano que Cristo nos regaló por su vida, pasión, muerte y resurrección.
Estos dos signos se utilizan desde el decreto de san Pío X (1905) para identificar los escudos pertenecientes a los obispos.
Divisa suscrita (lema al pie): listón de sanguíneo (rojo ocre) y letras en oro con el lema: “Aquí estoy, Señor” inspirado en la llamada de Samuel (1 Sam 3,5). El color sangre simboliza la entrega generosa, hasta el sacrificio del martirio, el oro se utiliza en aquello que ha de durar para siempre.
El lema implica un deseo y una ambición o visión: El deseo del obispo de ponerse totalmente al servicio de la diócesis de Yoro con disponibilidad para responder con premura a las necesidades y al quehacer pastoral, renovándolo cada día, pues ha sido llamado para enfrentar los desafíos que se le presenten. La visión o ambición tiene que ver con la feligresía: Constatando que la mies es mucha y los obreros pocos, tener a futuro, dentro de 20 años, un clero diocesano numeroso. Para ello quiere que cada joven escuche este lema y tome conciencia de que el Señor lo puede estar llamando a una vocación especial en su vida. No se puede quedar indiferente a esa llamada, sino que es necesario responder. Desea también que este lema se lo apropie cada católico: los agentes de pastoral (para que promuevan y estimulen el surgimiento de vocaciones), los y las jóvenes para que se dispongan a responder como Samuel “aquí estoy, porque me has llamado”. Invita también al compromiso en la misión de anuncio y construcción del Reino, al cual todos estamos llamados.
El blasón o escudo, de forma francesa antigua, está dividido en cuatro cantones o cuarteles (secciones en cuartos). La base de este escudo simboliza la raíz humana y espiritual, la parte superior la aspiración humana, espiritual y pastoral.
Blasón o escudo
Primer cantón: Lluvia de peces
En el cantón diestro del jefe (cuarto superior izquierdo): cuatro nubes en plata sobre campo (fondo) de azur (azul), cruzadas de siniestra a diestra (derecha a izquierda) en diagonal descendente por peces en azur, tres grandes en la zona central y cinco pequeños distribuidos irregularmente.
Es en esta diócesis de Yoro donde se da el fenómeno conocido por “la lluvia de peces”, fenómeno que despierta curiosidad. Quiere ser signo de apertura a la novedad que trae su nuevo ministerio, a descubrir los signos de los tiempos para interpretarlos con la sabiduría del Pueblo de Dios.
El pez fue, para los primeros cristianos, un símbolo o marca para distinguirse de otros creyentes y señalar los lugares de reunión en tiempos de persecución. Las familias de la diócesis de Yoro tienen su distintivo: Cristo.
La abundancia de estos peces quiere crear la conciencia de que la gracia de Dios se derrama sin medida. También recuerda dos relatos: la multiplicación milagrosa de los panes y peces (Mt 14,15-21; Mc 6,35-44; Lc 9,12-17; Jn 6,5-13), y la manifestación de Cristo resucitado a sus discípulos junto al mar de Galilea (Jn 21,9).
Segundo cantón: Representación del padre Manuel de Jesús Subirana
En el cantón siniestro del jefe (cuarto superior derecho), sobre campo de oro, la representación del rostro del presbítero misionero Manuel de Jesús Subirana, incansable misionero que intensificó su labor evangelizadora y cultural en el territorio de nuestra diócesis yoreña, entre los ladinos y especialmente entre los pueblos autóctonos en defensa de sus derechos humanos y de la titulación de sus tierras ancestrales. Fe muy arraigada en el pueblo fiel de Yoro, que a pesar de haber pasado muchos años (ejerció su ministerio en el departamento de Yoro desde octubre de 1858 hasta noviembre de 1864), su recuerdo sigue vivo en el pensamiento y en el corazón de sus habitantes.
El color oro simboliza la aspiración de que dure para siempre el espíritu misionero de este gran sacerdote animando nuestros planes pastorales y haciendo de cada persona bautizada una incansable anunciadora de la Buena Nueva de Salvación.
Tercer cantón: Sagrada Escritura con las letras alfa y omega
En cantón diestro de la punta (cuarto inferior izquierdo), sobre campo de aurora (anaranjado) libro abierto de plata con letras de oro alfa y omega, atravesado por una cinta en gules (rojo).
- Recuerda el mandato misionero de Jesús: “Vayan por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a toda la humanidad” (Mc 16,15), misión que forma parte del ser de toda la Iglesia, Pueblo de Dios (DA 29).
- Las letras del alfabeto griego A “alfa” (primera) y Ω “omega” (última), representan a Cristo, Palabra de Dios encarnada, que como afirma la Iglesia en la liturgia de la Vigilia Pascual, es el principio y el fin de todo. El color anaranjado en heráldica se le llama “aurora” simbolizando a Cristo resucitado, “aurora de nuestra salvación”. El color oro simboliza la eternidad de Dios y el color rojo, en la liturgia cristiana, simboliza el color de la sangre y del fuego: La sangre derramada por Jesús en el martirio de su Pasión por amor a la humanidad y para nuestra salvación “le abrió el costado con la lanza y al instante salió sangre y agua” (Jn 19,34), y el fuego del Espíritu Santo aquel que descendió sobre la Virgen María según la promesa del Ángel Gabriel al momento de la concepción del Hijo de Dios “el Espíritu Santo descenderá sobre ti” (Lc 1,35) y sobre los apóstoles el día de Pentecostés (Hch 2,1-4), el cual sigue acompañando a la Iglesia que peregrina en esta tierra.
- El libro de la Sagrada Escritura y la Historia de la Salvación narrada en ella, es punto de referencia para nuestra vida cristiana, para nuestra fe, para confrontarnos en la vida. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra.”(2 Tim 3,16-17)
- Héctor David es originario de la diócesis de Choluteca, cuna del ministerio de los Delegados de la Palabra de Dios. Su vocación sacerdotal hunde sus raíces en la escucha de la Palabra como regla de su vida.
Cuarto cantón: Palma africana
En el cantón siniestro de la punta (cuarto inferior derecho) sobre campo de azur y terraza (suelo) de sinople, montaña de dos cumbres en azur atravesada por palmera africana en sinople y al pie bellota de aceite en sanguíneo (rojo oscuro) y sable (negro).
El cultivo de la palma africana se ha incrementado en los últimos años en el valle de Sula, sede de esta diócesis, y representa la actividad agrícola extractora de aceite que, junto con otros cultivos, ayuda al sustento de las familias.
Al fondo está la representación de las reservas ecológicas de los parques nacionales de nuestra diócesis: Montaña de Mico Quemado, Pico Píjol, Montaña de Yoro y la reserva biológica Arenal, que invitan a vivir inmersos en el mundo natural que Dios nos ha regalado, los cuales tenemos la responsabilidad de cuidar disfrutando de su usufructo.
Al ver hacia la altura de la montaña nos recuerda que más allá de esa belleza natural, está Dios, belleza eterna, principio y fin de todo lo que existe.