Vivía en el desierto, vestía de piel de camello atada con una correa de cuero, comía saltamontes y miel silvestre. (San Marcos 1, 6). Isaías lo presenta en el antiguo testamento como “La voz que grita en el desierto” para preparar la llegada del Señor (San Mateo 3, 3).
Juan predicó que el bautizaba con agua y que vendría otra persona que él no era digno ni de quitarle las sandalias y que bautizaría con “El Espíritu Santo y fuego”.
Referencia bíblica: San Mateo 3, 1-12.
Es imagen de Jesús, que siembra en nosotros la palabra de Dios y nos invita a hacer lo mismo a través de nuestra vida, palabras y obras. Es una persona de esperanza, pues el fruto de su trabajo se dá en el futuro. La semilla también es imagen de Jesús quien muere para dar fruto (San Juan 12, 24).
Referencia bíblica: San Mateo 13, 3-9.
Las llaves entregadas a Pedro son el símbolo de la Santa Sede. Se representan perforadas en forma de Cruz. Una de ellas alude al poder sobre el reino de los cielos y la otra indica la autoridad del papado en la tierra. Están enlazadas entre si mostrando la unión de los dos poderes.
Referencia bíblica: San Mateo 16, 18-19.
Simboliza estar siempre preparados para el encuentro con el Padre, apoyados en Jesús. La flama corresponde a la luz del Espíritu Santo que recibimos en nuestro bautismo y significa nuestra fidelidad a Dios, expresada en la coherencia de la fe, el gozo de la esperanza y el ardor del amor.
Referencia bíblica: San Mateo 25, 4-13.
En el Antiguo Testamento la paloma es signo de libertad, vida nueva y paz (Génesis 8, 8), es también signo de la ofrenda de los pobres a Dios (Levítico 12, 8).
En el Nuevo Testamento se le identifica como El Espíritu Santo a partir del Bautismo de Jesús. Sus arrullos evocan amor y sus gemidos, la intercesión del Espítiru de Dios que habita en nosotros..
Referencia bíblica: San Marcos 1, 10-11.
Simbolizan la Eucaristía instituida por Jesús en la última cena. Son fruto de la tierra y del trabajo humano que el Espíritu Santo transforma sacramentalmente en el cuerpo y sangre de Jesús. Tanto el grano sembrado y las espigas hechas pan como el vino son signo de nuestra entrega a Dios.
Referencia bíblica: San Marcos 14, 21-25.
Los enemigos de Jesús lo acusaban de pretender ser rey. Como una burla le ciñeron una corona de espinas y le gritaban “¡Salve Rey de los Judíos!”.
Muchas veces a lo largo de nuestra vida se nos imponen coronas injustas en señal de burla, Jesús la aceptó en señal de Amor a la humanidad.
Referencia bíblica: San Marcos 15, 18.
Rezar el rosario es un modo de orar sobre los misterios de Jesús, vistos desde el corazón de María, con un espíritu de intercesión por la Iglesia. Es dar a María un lugar en nuestra vida para seguir las enseñanzas del reino y tratar de identificarnos con Cristo para adquirir sus mismos sentimientos.
Podemos darnos cuenta que en muchos pasajes de la biblia María intercedía ante Jesús y cada momento vivido lo guardaba en su corazón.
Referencia bíblica: San Lucas 2, 51.
La pesca milagrosa en la que Jesús cambia los planes de los pescadores y les muestra la eficacia de confiar en él, tiene dos simbolismos.
Juan enfatiza que es la presencia del Señor la que permite cumplir con la misión (San Juan 21, 6).
Referencia bíblica: San Lucas 5, 1-6.
Fueron el primer símbolo de la Eucaristía en memoria de que al ser compartidos con la multitud, milagrosamente alcanzaron para todos y aún sobraron. De igual manera la Eucaristía alimenta a toda persona que la recibe y la motiva a compartir a Jesús y nuestros bienes con los demás.
Referencia bíblica: San Lucas 9, 10-17.
La Imagen del Buen Pastor indica el gobierno cuidadoso y dedicado a Dios sobre el pueblo de Israel, en el Antiguo Testamento. Jesús mismo se identifica como El Buen Pastor que cuida y guia a sus ovejas (San Juan 10).
Esta imagen nos ayuda a identificarnos como ovejas ante Jesús y nos muestra cómo ha de ser el liderazgo cristiano.
Referencia bíblica: San Lucas 15, 4-7.
Simboliza la vida y triunfo sobre la muerte pués perdura en el desierto. Al entrar Jesús en Jerusalén, el pueblo agitaba palmas y clamaba ¡Hosana!, que significa “¡Danos la salvación!”, para mostrar que acogía la nueva vida que les traía.
Las imágenes de los Mártires llevan una palma por su identificación con Cristo.
Referencia bíblica: San Juan 12, 12-13.
Es un símbolo de la revelación clara del auxilio de Dios durante la travesía de Israel en él. El encuentro profundo con Dios en la esterilidad y la soledad del desierto realzan la fuerza con la que Dios habla al corazón.
A veces el desierto significa tentación y pone a prueba nuestra fidelidad a Dios. Así como Jesús estuvo 40 dias en el desierto y fue tentado por el Diablo (San Lucas 4, 1-13)
Referencia bíblica: Oseas 2, 16.
El lavatorio de pies es un hecho simbólico más fuerte que las palabras. Muestra la actitud de humilde servicio que exige el cumplimiento del nuevo mandamiento del amor que dá Jesús a sus apóstoles (San Juan 13, 34). Tiene un relevancia especial con aquellas personas a quienes no lavariamos f+acilmente los pies.
Referencia bíblica: San Juan 13, 1-17.
Simboliza la celebración eucarística con sus dos partes:
1). La Liturgia de la Palabra.
2). La Liturgia Eucarística.
Nos incorpora al sacrificio único e irrepetible de Cristo y nos une con él, quien nos acompaña en nuestra vida de fe y en nuestra misión.
Referencia bíblica: San Lucas 24, 13-35.
La lanzada que saca agua y sangre del corazón de Jesús simboliza su entrega total y la efusión de su espíritu.
El agua apunta al sacramento del Bautismo, en el que Jesús nos comunica su vida divina y la sangre señala la Eucaristía, con la que nos alimenta en nuestro caminar hacia el Padre.
Referencia bíblica: San Juan 19, 34-37.
Pablo “Apóstol De los Gentiles”
Pablo fué una persona extraordinaria conocido por sus cartas. Era judío y ciudadano romano hablaba arameo y griego.
Diós llamó a Pablo a través de una visión cuando iba rumbo a Damasco en persecusión de los cristianos (Hechos 9, 1-9). Su conversión fué total y llegó hasta lo más profundo de su ser.
Realizó tres viajes misioneros y uno como prisionero. Tuvo un rol muy importante en el desarrollo y expansión inicial de la iglesia.
Referencia bíblica: Hechos 8, 1-3.
Era una fiesta judía que tenía lugar 50 días después de la Pascua y en ella se celebraba la alianza con Dios en el Sinaí. Muchos judíos iban en peregrinación a Jerusalén a realizarla y fortalecer su esperanza en la promesa divina de que Israel sería para siempre el pueblo de Dios (Exodo 19, 1-8).
Este dia Dios renovó su alianza de una manera muy especial, envió El Espíritu Santo sobre los apóstoles para que pudieran continuar la misión de Jesús.
Por eso en Pentecostés los cristianos conmemoramos el nacimiento de la iglesia y la unidad de todos los cristianos que viven y expresan su fe hoy en día.
Referencia bíblica: Hechos 2, 1-13.
Es símbolo de Cristo resucitado, la cruz inscrita y los granos de incienso evocan su muerte y sus llagas.
Las letras alfa y omega, que sifnifican “principio” y “fin”, y el año en curso, lo señalan como Señor de la historia. La llama encendida de fuego nuevo, representa a Cristo glorioso que ilumina a los cryentes. Ver Vigilia Pacual (San Juan 20)
Referencia bíblica: 1 Corintios 15, 19-20.
Jesús nos reveló al Padre y envió el Espíritu Santo. Pablo saluda en nombre de la trinidad. Padre, Hijo y Espíritu Santo, y el Bautismo se administra en nombre de las tres personas.
Referencia bíblica: 2 Corintios 13, 13.
El Cordero evoca al cordero pascual de la liberación. Está degollado como el cordero manso ofrecido en expiación por los pecados pero está de pie y con cuernos o con rayos de luz que anuncian su victoria.
Sus siete ojos revelan su señorío sobre el mundo y la banderola con la cruz y el aleluya su triunfo sobre el pecado.
Referencia bíblica: Apocalipsis 5, 6.